El objetivo de la educación cristiana es alcanzar la maduréz humana y la santidad.
La familia se constituye como un lugar en el cual el objetivo puede ser logrado con mayor facilidad. Es difícil suplirla, y hoy existen fuerzas que atentan contra ella.
No se basta a sí misma. La escuela surge del Estado para el bien de las personas. El estado debe ser aliado de las familias. Lo que la familia no puede proporcionar, el estado debe subsidiarlo. El estado no puede atentar contra la familia.
La parroquia está al servicio de los padres, y no a la inversa. Familia, escuela y parroquia son tres realidades o entidades, que deben trabajar en conjunto por la educación que deben recibir los hijos.
Por ello, surge la necesidad de que al constituir un grupo de de formación cristiana presacramental, sea necesario el dialogo de las tres instancias. Sin la participación de las tres, nuestro servicio adolecerá de raíz de un grave problema.
Es por lo anterior. Anteponiéndolo a una propuesta concreta, todos los grupos de formación sacramental, deberán trabajar en conjunto: familia, parroquia y escuela. La participación de la escuela en la formación presacramental, es un modo más perfecto aún, que el tradicional familia=parroquia y el arcaico de la sola parroquia. No desautorizo que antes, la familia estaba constituida de diverso modo, y tal vez no era necesaria la catequesis en familia, con las actuales exigencias.
